Dada la situación actual del país, la manera en la que vemos y recibimos lo que pasa es muy determinante a la ahora de entender y replicar la información. Dos profesores expertos, Tatiana Rodríguez y Carlos Trujillo , hablan y explican qué son los sesgos cognitivos y su impacto en los seres humanos, en este espacio virtual de la Facultad de Administración: Diálogo de Realidades.
Para dar contexto a esta charla
El profesor Trujillo explica qué son los sesgos. Un sesgo es una desviación sistemática de un hecho o proceso que sabemos de algún lado que es correcto o neutral. Y un sesgo cognitivo es cuando tenemos un proceso de pensamiento que es sistemáticamente desviado de un referente prescriptivo, que afecta comportamientos, juicios y emociones. Estas, son investigaciones que se han desarrollado por más de 50 años, según lo que explica el profesor en su intervención.
En el proceso que nos lleva de pensar a actuar, necesariamente tenemos que formar creencias y recuerdos, lo que creemos que es verdad. Esta es la base de la manera en la que interpretamos el mundo, por esta razón un mismo evento puede ser percibido por dos personas de maneras diferentes, dándole un significado distinto porque es contrastado con información propia.
Algunos sesgos que menciona y explica el profesor Trujillo:
– Sesgo de confirmación
– Sesgo de negatividad
– Sesgo de status quo
– Sesgo de conformidad y manada
A su turno
La profesora Tatiana Rodríguez, da un contexto de lo que pasa actualmente en el paro nacional que lleva más de diez días en Colombia, poniendo en la discusión que muchos hemos estado recibiendo información de esta situación a través de una pantalla, lo que hace cuestionarse sobre qué es cierto y qué no. Quiénes dicen la verdad y quiénes no.
Explica que el sesgo de confirmación es esa tendencia que tenemos los seres humanos a creer solamente en recibir la información de lo que ya creemos. Lo que –a su vez– confirma nuestras creencias. Habla de “la burbuja filtrada”. Este es un término que empezó a usar Eli Pariser para hablar de cómo la tecnología es la que toma la decisión de filtrar cosas, no nos está mostrando lo mismo porque se apoya en ese sesgo de confirmación para llamar nuestra atención. No tenemos la misma experiencia de una misma situación.
¿Y la “cámara de eco”?
Este es otro término al que hace referencia la profesora Rodríguez en su intervención, que es cuando se empiezan a tener conversaciones y empezamos a vivir en un mundo en donde escucho voces que hablan parecido: gente con la que estoy de acuerdo, lo que nos lleva a hablar solamente con quienes van a decir lo mismo que yo. Entonces se crea una cadena de voces en la que siempre vamos a escuchar lo mismo porque estamos atrapados en una pequeña cueva que nos devuelve las mismas ideas a las que hemos decidido estar dispuestos a recibir. “La forma en que estamos procesando la información, sobre todo ahora, está eliminando la complejidad de cómo entendemos las cosas. Y eso es lo que nos lleva a la polarización”, agrega.
Durante el desarrollo del webinar
La discusión entre los profesores se abre con el interrogante: ¿Qué implicaciones tiene esto para la educación?
Rodríguez menciona que estamos en una exposición a la realidad sin precedentes, con algoritmos que no entendemos cómo funcionan. Y, estos determinan la información a la que estamos expuestos. “Desde la educación se puede trabajar más en nuestra identidad y aprender a cambiar de opinión haciendo énfasis en que la consistencia de carácter es más importante que la consistencia de opiniones”, concluye. Asimismo, da unas recomendaciones al respecto sobre prácticas que se pueden incorporar en la formación de las personas para ayudarles a tener criterios más objetivos:
-Entrenar en conversaciones difíciles
-Ayudar a ser conscientes sobre cómo funciona la cognición
-Enseñar cómo funcionan las redes y entender la subjetividad de algoritmos
-Enseñar a reconocer la ambigüedad y complejidad
-Buscar desconfiar nuestras ideas (ser abogado del diablo)
-Crear espacios de seguridad psicológica
Por su parte
Trujillo responde: “si la información no se sabe usar, aplicar y no se junta con un reconocimiento de los procesos de información de las personas, desafortunadamente no sirve para nada, sino que hace exactamente lo contrario, profundiza los sesgos. Necesitamos bajarle a la sociedad la necesidad de consistencia, lo peor que le puede pasar a un político es decir una cosa que queda grabada y cuando cambia de opinión le sacan la grabación de años atrás. Tenemos una sobrevaloración de la consistencia. Y esa sobrevaloración está alimentada por el proceso de los sesgos. Además, es reforzada por procesos sociales y mediáticos. Es clave entender que las creencias son dinámicas, si no aceptamos ese dinamismo es imposible el avance del diálogo”.
La serie de webinars, Diálogo de Realidades, es un espacio para generar conocimientos que contribuyan a pensar de manera acertada sobre nuestra realidad actual, de la mano de expertos. Les invitamos a ver esta conversación completa aquí.