¿Cuáles son las esperanzas e ilusiones de las poblaciones a través de la historia? ¿cuáles son las aspiraciones de las sociedades en el siglo XXI? Andreas Kraft, profesor de la Universidad de SantGallen en Suiza, visitó la Facultad de Administración de la Universidad de los Andes, en el marco de la clase de Organizaciones de la Maestría en Gerencia y Práctica del Desarrollo, donde presentó los resultados de la encuesta realizada a 311 personas colombianas y discutió acerca de la esperanza de una vida plena y un desarrollo sostenible, su propuesta académica y teórica.
Una vida buena no es lo mismo que una vida placentera. Según la encuesta realizada por el profesor, elementos como el dinero, los lujos, entre otros no han sido catalogados o considerados tan importantes como lo han sido el bienestar, la armonía y la salud.
La esencia de la esperanza, según el profesor Kraft, radica en tres dimensiones (o fuentes): la socioemocional, de donde surge la motivación por ayudar o considerar a otras personas, la espiritual y religiosa, que es aquella que permite a las personas concebirse como parte de algo más grande; y, por último, la cognitiva, que es la capacidad de utilizar la razón y el pensamiento para hacer algo mejor o aportarle a los demás.
El profesor reveló que, al revisar los diferentes siglos evidenció que las sociedades de cada época tuvieron sus propias visiones y proyecciones. Por ejemplo, la esperanza del siglo XVIII fue la libertad, así como la oportunidad y la justicia social fueron las banderas de los siglos XIX y XX (respectivamente). En el caso de la esperanza que caracteriza al siglo XXI, el profesor Kraft propuso los siguientes elementos: paz, bienestar, armonía y crecimiento y desarrollo sostenible. Sin embargo, advirtió que estos conceptos aún no están en la mente de las personas, movimientos sociales o académicos a nivel mundial, pues actualmente, hoy en día se están haciendo mayores inversiones económicas en tecnología y transformación digital, dejando de lado el tema de la sostenibilidad. Ésta aún no ha ocupado un espacio importante, ni siquiera en la agenda mediática.
Por último, el profesor Andreas invitó a los asistentes a reflexionar acerca de cómo se puede instaurar un ciclo virtuoso y romper con los círculos viciosos donde dominan las preocupaciones, miedos, egoísmos y envidias; y trabajar de forma colectiva para tener una vida plena y sostenible.