La Facultad de Administración de la Universidad de los Andes se llevó el primer puesto en el concurso Humlog Challenge gracias al Atrapanieblas, una novedosa herramienta presentada por el equipo de la Maestría de Supply Chain de la Universidad conformado por Johary Azizi Perez Duran, Maria de los Angeles Olave Solano y Diana Carolina Amaya Giraldo, el cual provee una solución a los problemas que presenta la cadena de suministro de agua en el departamento de La Guajira y que busca proveer este recurso a las zonas más apartadas y desérticas de la región.
En qué consiste ‘Atrapanieblas’
Student Competition o Humlog Challege es un concurso realizado de GBSN Beyond en asociación con el Instituto de Investigación de la Cadena de Suministro y Logística Humanitaria de la Escuela de Economía Hanken, el cual invita a estudiantes de las escuelas de negocios más prestigiosas de todo al mundo a proponer y desarrollar soluciones a los problemas que actualmente presentan las cadenas de suministro en su comunidades locales.
Uno de los principales objetivos de la competencia del 2020 fue promover en cada estudiante el pensamiento estratégico y la creatividad para explorar soluciones humanitarias que fueran sostenibles y rentables y que, a su vez, brindaran calidad de vida a las poblaciones que se han visto más afectadas durante la crisis global que vivimos por causa del Covid-19.
El departamento de La Guajira
A pesar de estar junto al Mar Caribe, se caracteriza por ser una de las regiones más desérticas en todo el territorio nacional. Esta zona se ha enfrentado por años a crisis sanitarias y alimentarias por la escases de agua y alimentos y por los altos niveles de pobreza provocados, mayormente, por el conflicto armado y la corrupción. En medio de la pandemia provocada por la expansión a nivel mundial del Covid-19, la comunidad Wayuu ha tenido que afrontar distintos desafíos para cumplir con los protocolos de bioseguridad que establecen, por ejemplo, el lavado de manos como uno de los principales y más efectivos cuidados para evitar contagios.
En 2020 el Gobierno Nacional reforzó las iniciativas en las que venían trabajando desde hace tiempo atrás para proveer agua a las comunidades más vulnerables, aunque los esfuerzos no han sido suficientes debido a las condiciones aisladas de la zona. Actualmente, la cadena de abastecimiento de agua es ineficiente, pues los mecanismos utilizados como los camiones cisterna, los pozos profundos y los jagüeyes suministran agua que no es apta para el consumo humano y retrasan los procesos y no tienen la capacidad de cubrir toda la región.
En ese sentido
Y teniendo en cuenta la gran necesidad que presenta la comunidad, el equipo de la Facultad de Administración presentó el Atrapanieblas como una solución a la cadena de suministro económica, sostenible y que no alterara las costumbres de la comunidad Wayuu.
El Atrapanieblas es un invento del físico chileno Carlos Espinosa, quien creo esta herramienta en medio la sequía extrema en Antofagasta, Chile en 1956, tratando de conseguir agua donde no había. El dispositivo está hecho de una malla fina conocida como red Raschel, puesta en lugares estratégicos que cuenten con las condiciones climáticas necesarias -donde se produzca niebla- para atrapar gotas de agua suspendidas que se juntan y se fusionan, corriendo por pequeñas canaletas hasta los tanques de recolección.
Hoy por hoy
Se han instalado modelos de Atrapanieblas en zonas desérticas como el desierto de Atacama en Chile y países como España, Israel, Perú, Ecuador, Guatemala, Nepal y algunos países de África. En Colombia, podría funcionar en zonas como el Pacífico colombiano y la zona del Darién.
Las estudiantes de la maestría de Supply Chain de la Facultad afirman es que esta solución, además de ser sostenible y económica, es fácil de transportar y de mantener y tiene altas posibilidades de contribuir a la prevención de la desertización en el departamento de La Guajira, pues puede aportar aproximadamente 5.000 litros en 22 días.
Por otro lado
Aseguran que, si bien esta no es una solución definitiva, tiene un gran impacto en la gestión de la logística humanitaria, donde la finalidad es asegurar el suministro de recursos esenciales o clave en medio de situaciones como desastres naturales, desplazamiento en zonas de guerra o nuevos desafíos para las cadenas de suministro.