El Meta, visto desde la agricultura
Por: Valentina Cortés A.
El pasado 12 de diciembre tuve la oportunidad de asistir al Foro “MAS Meta, Petróleo y Agro juntos por el desarrollo” organizado por Ecopetrol, Agrosavia, la Facultad de Administración y el Centro de Estudios de la Orinoquia de la Universidad de los Andes, y la Corporación regional Corocora, que tuvo como objetivo analizar la relación y oportunidades entre el sector petrolero y la transformación productiva del agro en Colombia.
Desde diciembre de 2017, las entidades se articularon para crear el proyecto Modelo de Agronegocios Sostenibles (MAS) en el departamento del Meta, para generar cambios en personas, organizaciones y cadenas de valor, y progresar en la transformación productiva de más de 120 productores pertenecientes a 30 asociaciones de las cadenas de cacao, café, plátano y maracuyá.
Durante el encuentro, organizado en Castilla La Nueva, un municipio ubicado casi a una hora y media al sur de Villavicencio, se presentaron los avances en la formulación de cuatro megaproyectos a lo largo de la cadena de valor. En cifras, esto se traduce en 105 fincas, 12 plantas y 135 personas beneficiadas de manera directa con iniciativas de impacto, como el establecimiento de 14 fincas ejemplo para la región, un centro para la producción de semilla limpia, el aumento promedio del 30% en el cumplimiento de la normativa INVIMA, un aumento en los puntajes de perfiles sensoriales, el rediseño de empaques ecológicos, la generación de nuevos empleos y nuevas conexiones a mercados con un aumento en el precio de comercialización.
Haber podido presenciar un evento como MAS Meta fue, sin lugar a dudas, una experiencia enriquecedora.
Para empezar, haber sido testigo de la alegría y orgullo de los productores al recibir los certificados que reflejaban su esfuerzo y arduo trabajo, fue gratificante. Pude corroborar que en nuestro país hay gente dispuesta a honrar la tierra y que gracias a su humildad, generosidad y amor dignifican el trabajo agropecuario. Así mismo, haber visto a personas como la vicedecana académica Vinciane Servantie y el profesor Bart Van Hoof, ambos de la Facultad de Administración, que desde el continente europeo llegaron a trabajar por un país del cual se enamoraron fue sorprendente. Su determinación, ambición y disciplina fueron fundamentales para que aliados se unieran a este proyecto y se sumaran a apostarle a un departamento poco atendido, como lo es el Meta. Su compromiso con los productores y con su progreso se asemejaba a su rol en el salón de clases, pues a través de asesoría continua, atención al detalle y evaluación de resultados lograron darles las herramientas necesarias para que sus productos tuvieran una cadena y un valor.
Por último, pude comprobar que las sinergias entre los diversos sectores y la academia realmente son eficaces. A través de estas alianzas cada parte aporta desde su experiencia, o músculo financiero, para beneficiar a un grupo poblacional determinado. Capacitar a las personas en un nuevo oficio y enseñarles a ser autónomos y autosuficientes es realmente la clave para el éxito de estos proyectos, y lo que realmente marca la diferencia.
Creditos: Centro de estudios de la Orinoquía – CEO