Los niños de la vereda Mangaña esperan por primera vez el bote eléctrico para ir a recibir clases en la Institución Educativa Manuel S. Caicedo, en la vereda Miramar. Créditos: Daniel Álvarez. Universidad de los Andes.
Bogotá D.C., febrero 2023 – La deserción escolar y la falta de acceso a la educación en zonas apartadas se presentan por diferentes situaciones. “Estos factores pueden ser individuales, económicos, culturales y sociales, como la falta de inversión pública en el sistema escolar y los medios para acceder la educación, especialmente un transporte digno y confiable; que se combina con factores familiares, la falta de acceso a recursos escolares o pertenecer a un estrato socioeconómico bajo son de los más comunes”, comenta el profesor Dr. Gordon Wilmsmeier, Director de la Silla Kühne de Logística, de la Facultad de Administración de la Universidad de los Andes, y Director del Hapag-Llloyd Center for Shipping and Global Logistics de la Kühne Logistics University, Alemania.
Niños de Bahía Málaga se desplazan por primera vez en el bote eléctrico para ir a la Institución Educativa Manuel S. Caicedo en la vereda de Miramar. Créditos: Daniel Álvarez. Universidad de los Andes.
Las cifras del DANE lo respaldan. En 2021 el total de estudiantes matriculados en zonas rurales no llegaba a 2,4 millones de estudiantes (24% del total nacional), y tradicionalmente el nivel de deserción escolar es más de un 70% superior en las zonas rurales en comparación con las urbanas. Una diferencia de más del 24%. Por la geografía de muchas zonas apartadas del país -la Amazonía, la Costa Pacífica, el río Magdalena bajo y La Ciénaga-, los niños viajan al colegio en botes. Este es el caso de Bahía Málaga, Valle del Cauca, donde la deserción escolar muchas veces se debe al difícil acceso de los estudiantes al transporte escolar generada a partir de la escasez y el alto costo que la gasolina (17000 COP/galón) tiene en esta región. Esto se vuelve un factor determinante que lleva a trabajar en iniciativas que resuelvan el cómo trasladar a los estudiantes a los centros de formación.
Una de estas iniciativas es la adelantada por la Silla Kühne de Logística de la Facultad de Administración de la Universidad de los Andes, en alianza con la Fundación GivePower, a través del proyecto “Revolución en servicios de transporte escolar a través de electromovilidad náutica”, el cual busca fomentar la implementación de nuevas tecnologías sostenibles que permitan resolver el acceso limitado al transporte escolar en la zona de Bahía Málaga, disminuyan la contaminación, y eviten afecciones respiratorias y auditivas de los niños.
“Todo el corredor pacífico no cuenta con vías y dependen casi al 100% de la movilidad náutica. El trabajo previo que tuvimos con la comunidad nos permitió ver que la gobernanza y el compromiso de la comunidad era sólido para llevar a cabo un proyecto de este nivel. Bahía Málaga es el plan piloto para, posteriormente, replicarlo en otras zonas del país”,
comenta Diana L. Trujillo, líder de la iniciativa de electromovilidad náutica en Colombia de la Silla Kühne de Logística, de la Facultad de Administración de la Universidad de los Andes.
Esta propuesta, la primera de este tipo en Colombia, implementó un bote escolar con capacidad para 21 estudiantes de 3 veredas de la Bahía. El bote se entregó a la comunidad este 7 de febrero, y a partir de ahora estará operado en conjunto por la comunidad y el equipo de la Silla Kühne. La inversión de esta iniciativa fue de más de 500 millones de pesos y consta de: una estación de carga solar rápida (las baterías de bote se recargan en menos de dos horas) en el centro educativo Manuel S. Caicedo La Plata, un bote con 2 motores eléctricos, sistema de conexión en tierra con paneles solares, baterías de suministro, sistema de monitoreo a distancia y seguridad náutica que habilitará la movilidad permanente a los estudiantes con cero emisiones directas.
“Ver el empoderamiento de la comunidad nos motivó a realizar este proyecto en Bahía Málaga. Fueron responsables de construir las bases de la estación de carga y serán los encargados de toda la logística que esto implica. Desde designar el capitán con las habilidades para pilotar el bote, hasta buscar la persona que realice el mantenimiento continuo de la estación de carga. Buscábamos facilitarles una solución, que incluyera una contraparte por parte de la comunidad que asegurará la continuación del proyecto luego de los dos años en dónde finalizaremos nuestro acompañamiento”, aseguró Trujillo.
A pesar de que la movilidad de los estudiantes para acceder a la educación debería ser garantizada, no se ve reflejada en la mayoría de las regiones rurales del país, lo cual desencadena en cancelaciones de las jornadas escolares y la alta deserción de muchos estudiantes en dichos institutos educativos. El profesor Dr. Wilmsmeier enfatiza.
“Nosotros como Universidad a través de la innovación y con la meta de un futuro sin dependencia en combustibles fósiles queremos impulsar el desarrollo, la equidad y el bienestar en el país. Este proyecto es un paso de muchos necesarios para que se garantice la educación no solamente a nivel superior, sino que toda la población, en especial la de difícil acceso, puedan completar sus estudios básicos y medios para que logren desarrollarse de manera profesional”
Profesor Dr. Gordon Wilmsmeier, Director de la Silla Kühne de Logística, de la Facultad de Administración de la Universidad de los Andes. Créditos: Daniel Álvarez. Universidad de los Andes.
Durante el evento de entrega del bote escolar a la comunidad, Jonathan Bernal, vicepresidente de estructuración en Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), señaló que
“Colombia tiene más red fluvial navegable que red vial primaria y este es un gran piloto que se puede replicar en los otros 18 mil kilómetros de vías fluviales del país. La electromovilidad es el futuro y no solo puede ser usada en el transporte escolar, como lo está haciendo realidad la Universidad de los Andes en Bahía Málaga, también se puede llevar al turismo o al avistamiento de aves, por ejemplo”.
Jonathan Bernal, vicepresidente de estructuración en Agencia Nacional de Infraestructura (ANI). Créditos: Daniel Álvarez. Universidad de los Andes.
Con base en resultados certeros y demostrando su funcionamiento y aporte a la población, se espera que más entidades privadas y públicas se unan para escalar esta solución a nivel nacional e incluso en la región. Desde la experiencia de GivePower, aliado de este proyecto, “conocer a la comunidad, ver las carencias que tiene y aportar de alguna manera a que esa necesidad sea suplida, es una sensación que llena el corazón y es la razón por la que nosotros hacemos este tipo de proyectos”, afirmó, Juan Sebastián González Perea, Deployment Manager de GivePower.
Para Santiago Valencia, líder del Consejo Comunitario de Bahía Málaga, “uno de los grandes desafíos que tenemos a partir de la innovación es como podemos bajar la dependencia al consumo del diésel y de la gasolina. Hoy logramos sacar este primer proyecto de innovación uniendo dos saberes, el comunitario y el tecnológico”.
Fotografías para uso exclusivo de este proyecto.