Recuento del Seminario Internacional sobre Electromovilidad
Por: Sandra Gutiérrez P.
Tener una movilidad sostenible, que beneficie a la comunidad, genere recursos económicos y mitigue el impacto negativo al medio ambiente, es posible. Una de las alternativas más viables en la actualidad para lograrlo es la electromovilidad, pues a través del uso de energía renovable está demostrado que se reduce el uso de combustible fósil, disminuyendo la emisión de gases de efecto invernadero; generando nuevos rubros de economía e involucrando a diversos sectores sociales.
El tema fue explicado y debatido durante el Seminario Internacional Electromovilidad y transporte por agua: una alternativa olvidada y sin explotar, que se realizó el pasado 29 de agosto en las instalaciones de la Universidad de los Andes, organizado por las nuevas áreas académicas de Sostenibilidad y Supply Chain Management de la Facultad de Administración.
Para el decano Eric Rodríguez, este proyecto específico de energía renovable con desarrollo sostenible, es de especial interés, porque se articulan perfectamente con la misión de la Facultad, que se centra en laformación de líderes para el desarrollo innovador y sostenible de las organizaciones, “dos palabras -innovación y sostenibilidad- que se han convertido en nuestra marca respecto a la formación de estudiantes”.
Gracias a la participación de expertos nacionales e internacionales en el tema, se sustentó perfectamente que la movilidad, especialmente en lugares donde las principales –o únicas- vías de comunicación son los ríos, lagos o bordes costeros, podría ser sostenible gracias al uso de alternativas integrales de energía; o en ciudades donde se ha llegado a la conciencia del cuidado del entorno, que ya existen casos de éxito como Copenhague, Bangkok, Perú y Canadá, entre otras, presentados por Christian Pho Duc, vicepresidente de ventas de Torqeedo GmbH, de Alemania.
Para Thomas Voigt, presidente ejecutivo de la Cámara de Industria y Comercio Colombo-Alemana, se trata de una alternativa que se puede emplear para el transporte de carga o de personas, e incluso en prácticas deportivas. Indicó que en Colombia hace falta una infraestructura adecuada para ser más competitivos globalmente y que aporte a la calidad de vida de la población: “Los ríos son una forma de infraestructura muy interesante, que fue aprovechada en otras épocas, como en el Amor en los Tiempos del Cólera, que hoy no existe y hay que rescatar”. Destacó que en Alemania se inició el uso de motores eléctricos gracias a la prohibición del uso de motores con combustible fósil.
Por su parte, Gordon Wilmsmeier, profesor de la Facultad y Oliver Utne, coordinador de proyectos de energía renovable en la Fundación Asociación Latinoamericano para el Desarrollo Alternativo –ALDEA-, presentaron cada uno dos casos de éxito en diferentes regiones de la Amazonía Ecuatoriana, que involucró la participación de comunidades indígenas; llegando a la conclusión de que hay que aprovechar el conocimiento ancestral y unirlo a las nuevas tecnologías para lograr el desarrollo sostenible de esas regiones, sin violentar sus culturas y logrando mejoras económicas, sociales y ambientales.
El profesor Wilmsmeier resaltó que la movilidad forma parte de la vida diaria, y por eso su mejoramiento hacia la sostenibilidad debe propiciar una discusión entre el gobierno, las empresas, la academia, el sector privado y las comunidades. “Los cambios provienen de nosotros mismos como consumidores en la actuación diaria”, dijo en su intervención. Igualmente, conminó a los emprendedores visionarios a explorar estas nuevas alternativaspara cambiar el consumo de energía e implementar cambios tecnológicos en el País.
Para él, el gran desafío se encuentra en las zonas rurales donde no hay interconexión, y puso como ejemplo lo que denomina “la caja negra”, que está conformada por la cuenca amazónica de los países involucrados en ella: “Llevar vías de comunicación a ese sector conlleva deforestación, pero se llega a esa zona a través de los ríos como carreteras naturales. Por eso es importante adecuar la navegación a los ríos y hoy se puede hacer de una manera sostenible gracias a los avances tecnológicos”. Además de contribuir a la calidad de vida de los habitantes de esas regiones, pues “en ese sector del Ecuador, muchas veces el combustible es un múltiple más costoso que en las ciudades, pues al ser el transporte fluvial el único medio de acceso a las escuelas, cuando no hay gasolina, no hay clases”.
Es el mismo caso de la comunidad indígena del territorio Achuar, en el Oliver Utne contribuyó con un proyecto de energía solar para embarcaciones. En su convivencia diaria, logró conocer de primera mano las necesidades y sueños de esta población. Uno de ellos era lograr transportarse sin afectar su entorno, y lo están logrando, gracias a lo que ellos llaman “el pez eléctrico”. ”Al ver este barco solar las posibilidades se abrieron en sus mentes y se han llenado de esperanza”. Pero el proyecto no debe quedar ahí. “Ahora hay que seguir innovando en mejorar el sistema, creando los centros de recarga e involucrando aún más a la comunidad”, puntualizó Utne.
Por su parte, Edder Velandia Durán, de la Universidad de La Salle, resaltó que el Gobierno ha propuesto tres políticas para mejorar los aspectos ambientales y sostenibles del País: Ciudades inclusivas y sostenibles, Producción sostenible en territorios de paz, y Acceso equitativo a la energía. Según su explicación, la falta de desarrollo en el transporte fluvial se debe a la preponderancia del transporte terrestre, pero destacó que hay un plan de inversión fluvial que incluye alianzas público-privadas para impulsar este sector.
Con la participación de la comunidad, las empresas y organizaciones en general–públicas, privadas y del tercer sector-, sumadas a la voluntad política y al conocimiento de nuevas estrategias y alternativas es posible lograr un sistema de transporte sostenible en todo sentido.